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El Hidrógeno Renovable apunta a ser una opción que podría convertirse en un pilar fundamental en movilidad sostenible en Europa, bajo el objetivo de ser climáticamente neutra en el 2050. El hidrógeno es un elemento químico que abunda en el universo y podría brindar respuestas a las necesidades energéticas a la movilidad sostenible en el mundo.
La obtención de este abundante gas se logra a través de la electrólisis, que consiste en sacarlo del agua aplicando electricidad renovable para separarlo del oxígeno. El hidrógeno es utilizado desde mediados del siglo XX como materia prima para la producción de amoníaco, fibras sintéticas, fertilizantes, vidrio, acero, alcoholes, cosméticos y aceites comestibles.
Hidrógeno y movilidad
El hidrógeno podría entrar en la movilidad de dos principales maneras, una es el uso directo como fuente de alimentación en los vehículos de pila de combustible y la otra es a través de la fabricación de combustibles sintéticos con cero emiciones netas.

Se prevé que con el hidrógeno se pueda mover cualquier tipo de transporte desde la aviación o marítimo, al menos en el corto-mediano plazo. Una de las ventajas que aporta un vehículo eléctrico de pila de combustible que emplea hidrógeno, comparado con los eléctricos de baterias, es que requieren de menos tiempo para cargarse y que con cuatro o seis kilos de hidrógeno es posible recorrer 700 km, por lo que poseen mayor autonomía. Es posible que a finales de esta década e inicios de la siguiente el uso de hidrógeno en el transporte por carretera y ferrocarriles sea una realidad en Europa.
En cuanto a los combustibles sintéticos con cero emisiones netas, fabricados a partir de hidrógeno y CO2 capturado de la atmósfera, la gran ventaja de estos es que son químicamente similares a las gasolinas o los gasóleos y los querosenos. Se pueden usar en los actuales vehículos de motores de combustión sin necesidad de cambiar ni el parque automovilístico ni la red de repostaje.
El hidrógeno renovable sería, según los expertos, uno de los principales pilares de la movilidad sostenible junto con la electrificación y los ecocombustibles. La combinación de todas ellas le permitirá a Europa llegar más rápido a la deseada neutralidad climática.
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